Vayamos al grano, el falso SaaS está muy extendido en el sector, estoy seguro de que has visto en el sector varias empresas de software tradicionales que ahora ofrecen a sus clientes productos de estilo “nube” o “365” . Quiero mostrarte cómo este escaparate de sus productos está diseñado para atraerte y es probable que se vuelva en tu contra un par de años más tarde.
SaaS está empezando a convertirse en un término omnipresente en la industria como el modelo moderno preferido para la distribución y concesión de licencias de software. La característica clave y posiblemente esencial del SaaS es que los usuarios acceden a él mediante un cliente ligero, como un navegador web, desde la infraestructura alojada del proveedor.
Esto permite a los clientes aprovechar las ventajas del modelo, como el escalado de usuarios casi instantáneo, la reducción de los costes de capital en infraestructura y estaciones de trabajo cliente, el tiempo de actividad garantizado y los sistemas totalmente gestionados, las actualizaciones y versiones frecuentes (y automáticas), así como una respuesta más rápida en asistencia general.
Entonces, ¿dónde entra el falso SaaS?
Fundamentalmente, es imposible que los proveedores cuyas inversiones se destinan a producir y mantener soluciones de software heredadas en las instalaciones ofrezcan las ventajas de un verdadero modelo SaaS. Los modelos de negocio y las infraestructuras tienen modelos de ingresos incongruentes. Por un lado, el vendedor de software heredado espera que el cliente realice todo el desembolso de capital para la infraestructura y el personal local de apoyo al sistema, mientras que, en el caso del SaaS, el vendedor asume toda la responsabilidad del suministro, funcionamiento y apoyo de extremo a extremo de toda su solución.
Un vendedor acostumbrado a trasladar estos costes a sus clientes y maximizar los ingresos por ventas de licencias perpetuas tendría que dar un giro de 180 grados para poder asignar los recursos necesarios para implantar la infraestructura necesaria e impulsar la innovación para sacar un producto al mercado. El éxito de las empresas de SaaS en la nube depende totalmente de la experiencia de sus clientes con su servicio de software, mientras que el de las empresas que no son SaaS depende totalmente de las ventas cada vez mayores de licencias y de las cuotas de soporte.
Cada vez observamos más en el sector que los proveedores reempaquetan sus ofertas existentes para que parezcan análogas a las ofertas SaaS de otras empresas, mientras que en el fondo siguen siendo sus mismas tecnologías heredadas y modelos de distribución. Literalmente, están maquillando sus productos y comercializándolos de forma que se beneficien a sí mismos, sin ofrecer ninguna ventaja significativa a sus clientes. A menudo, las ventajas que enumeran no difieren de las del software local heredado y no mencionan las verdaderas ventajas del SaaS, como la velocidad de migración, el rendimiento, las actualizaciones, el valor, la asistencia, el tiempo de actividad y el mantenimiento.
Esto no parece un compromiso con sus clientes y la innovación en su software, sino un medio de impedir que sus clientes utilicen las herramientas y tecnologías más progresistas e innovadoras disponibles actualmente en el mercado.
¿Cómo puedo detectar a estos vendedores?
Afortunadamente, armado con unas cuantas preguntas sencillas, puedes preguntar a tu proveedor actual o potencial sobre sus ofertas. Ninguna empresa SaaS de verdad tendrá problemas para darte una respuesta rápida y sencilla:
1) ¿Puedo comprar directamente sin apenas interacción con el vendedor? Tómalo como una gran señal de alarma si no puedes registrarte en su sitio web sin hablar con un vendedor o consultor de incorporación. Algunas empresas son expertas en evitar la transparencia necesaria para que un cliente tome una decisión, tanto sobre los aspectos técnicos como financieros de su software, y les gusta ocultar el TCO (coste total de propiedad). Los verdaderos modelos SaaS suelen ser de bajo riesgo, ya que los clientes pueden sumergirse y ver qué les funciona, y su tiempo de acceso debería ser de unas pocas horas como máximo.
2) ¿Cuánto tardaré en poder utilizar el programa si os pago hoy? Si te dicen que la instalación tardará unas semanas, tómatelo como una advertencia. Una auténtica infraestructura SaaS está configurada para que se puedan añadir nuevos clientes de la forma más eficiente posible: tu expectativa debería ser de unas pocas horas.
3) ¿Las correcciones y actualizaciones están incluidas en mis cuotas de SaaS? Se espera que, mientras sigas pagando tus cuotas, el servicio por el que pagaste se mantenga y sea accesible indefinidamente.
4) ¿Necesito un servidor local para alojar el software? Si necesitas un servidor local como parte de la instalación del software, desde luego no es SaaS. Por lo general, esto indica un componente heredado, como el procesamiento central o la administración de licencias, habituales en el software escrito en la década de 1990. El desembolso de capital para implantar el software SaaS debería ser prácticamente nulo, sobre todo si tu plantilla ya dispone de estaciones de trabajo y ordenadores portátiles modernos.
5) ¿Con qué frecuencia publicáis actualizaciones? El software SaaS suele administrarse como integración continua: las mejoras y correcciones se hacen llegar a los clientes con regularidad. Generalmente, en este modelo, incluso las actualizaciones importantes de la funcionalidad están incluidas en las tarifas y se aplican sin interrumpir el negocio del cliente. El software heredado suele tener ciclos de lanzamiento mucho más largos, a menudo de hasta 18 meses. No es infrecuente que oigamos que los clientes siguen utilizando versiones antiguas de software debido a los costes y la incertidumbre de la actualización.
6) ¿Tengo que instalar yo mismo las actualizaciones y los parches? Como parte de una oferta SaaS, no deberías tener que administrar ningún aspecto de la infraestructura o del software operativo. Lo mismo ocurre con las copias de seguridad y la restauración. Deberías hacer saltar las alarmas si el proveedor te pide que “eches un vistazo detrás de la cortina” en cualquier momento. Si el proveedor necesita acceder a tus sistemas internos como parte de la oferta, es una señal de alarma.
7) ¿Tengo que volver a configurar las personalizaciones e integraciones después de una actualización? En las grandes organizaciones suele ser necesario integrar el software en los procesos existentes. Los verdaderos proveedores de SaaS se asegurarán de que las actualizaciones de su pila no rompan la funcionalidad existente. Comprueba siempre si el proveedor tiene una API cuyo funcionamiento garantiza y si cobrará una tarifa adicional por arreglar las integraciones que se rompan como consecuencia de la actualización.
8) ¿Puedes darme un desglose completo de mis costes fijos, recurrentes y previstos para los próximos 3 años? Los verdaderos proveedores de SaaS pueden articular claramente estos costes y tú puedes predecirlos a lo largo de la vida de tu proyecto o del uso de la herramienta. Asegúrate de tener en cuenta el TCO (coste total de propiedad) utilizando una de las muchas calculadoras disponibles (como Microsoft Azure) para ver realmente el impacto en unos años en tus gastos operativos. Muchas organizaciones no tienen en cuenta que el gasto de capital invertido en servidores locales requerirá futuras actualizaciones y tendrá costes de personal continuos.

Conclusión
Cuando consideres tu próxima actualización de software o una nueva solución, siempre recomendamos el modelo de entrega SaaS. Sólo asegúrate de que tu proveedor te proporciona una verdadera solución SaaS y no un producto heredado reempaquetado. El proveedor debe centrarse en invertir en herramientas y tecnología que satisfagan tus necesidades durante décadas.
Recuerda siempre que el panorama empresarial está convergiendo rápidamente hacia un modelo de colaboración conectado a la nube. Un falso parche SaaS puede ser bueno para tu proveedor, pero mientras tanto tu empresa se queda rezagada para subvencionar sus operaciones heredadas y su falta de innovación. Esta oportunidad perdida era la posibilidad de que tu empresa utilizara un sistema que fuera productivo y relevante durante décadas, al tiempo que cosechaba los beneficios de una mayor conectividad y colaboración, para tus proveedores y clientes, así como la eliminación de los costes de capital y mantenimiento del servidor.
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